lunes, octubre 11, 2010

PERDIMOS DE VISTA EL 5 DE OCTUBRE Y PERDIMOS EL GOBIERNO:

ENTRE LA POLÍTICA DE SUBSIDIOS Y LA DEL CHOR(R)EO
LO QUE QUEDA ES EL PODER REAL DE DECISIÓN DE LA GENTE.


Después de 6 meses conviviendo en el campamento, este fin de semana nos preparábamos para empezar nuestro primer taller de cocina, para enseñar a preparar platos nutritivos y a un bajo costo, es el recetario en tiempos de crisis, sin embargo nadie quiso pagar los mil pesos de cuota que servirían para la materia prima, la reacción fue que “la cosa es al revés, a nosotros nos deberían pagar para asistir al curso”, inmediatamente nos enfrentamos a la política del subsidio a la que tanto se le ha echado mano durante estas últimas 2 décadas.

Las políticas sociales de la concertación, en general, apuntaron en la línea correcta. Por una parte toda la política de derechos e igualdad, como fueron las de genero con el Servicio Nacional de la Mujer; el auge, el seguro de desempleo, la reforma judicial u otras con un alto contenido asistencial por la vía del subsidio. Sin embargo la gran debilidad estuvo en que se implementaron para quienes menos tienen en nuestra sociedad pero sin ellos, sin hacerlos parte del proceso de reflexión y toma de decisión, sin generar sentido de pertenencia. La debilidad estuvo en el poco nivel de participación del diagnostico y solución de los problemas. Se instaló así la idea de un Estado fuertemente asistencial y paternalista que debe resolver las grandes desigualdades. Por otra parte hoy vivimos un gobierno de derecha, del cual ya conocemos la receta agotada del crecimiento y la distribución por chor(r)eo que tiene en peligro el equilibrio en nuestro planeta.

Equilibrio que resulta interesante analizar con el llamado de atención con nuestra forma de consumir que hace la película HOME, refiriéndose con hogar a nuestro planeta. Si bien sabemos que el 2% de los más ricos concentran el 50% de la riqueza mundial; que el 20% de las personas consumen más del 80% de los recursos del planeta; que 1/7 de la población mundial padece hambre; que más del 50% de los cereales comercializados en el mundo se utilizan como alimento para animales y agro combustibles; que el 40% de las tierras cultivables están degradadas; que ¾ de los recursos pesqueros están agotados o en vías de estarlo; mientras el gasto militar en el mundo es 12 veces más alto que la ayuda para el desarrollo, no deja de ser interesante el planteamiento final, en cuanto a que es demasiado tarde para ser pesimista y que lo importante no es lo que hemos perdido sino lo que nos queda y para ello solo se requiere consumir con más consciencia y aprovechar la energía del sol, que en 90 minutos proporciona la energía que consume toda la humanidad en 1 año.

El llamado de atención es al equilibro, ese que la naturaleza por miles de millones de años ha sabido mantener y que solo con la llegada del hombre se ha puesto en peligro, pero no hace 200 mil años cuando aparece el homo sapiens, sino que hace tan sólo 50 años en que el crecimiento ha sido aceleradísimo.



Los desequilibrios son enormes y se expresan cotidianamente, entre las actividades altamente industrializadas y la artesanal, basta con ver la crisis de la pesca en nuestra región, que producto de la salmonicultura generó una cadena de sobrealimento para los lobos marinos y una vez en crisis, los lobos no tienen más que alimentarse de los espineles de la pesca artesanal, que se ha visto sumida en una crisis que ya estaba debíl con la inequitativa distribución de la cuota entre industriales que generan menos del 10% de la mano de obra que la pesca artesanal. Hoy la solución que aparece es la matanza de lobos para controlar su sobrepoblamiento, cuando en realidad la solución debiera estar en disminuir drásticamente la cuota a los industriales y aumentársela a los artesanales, si sometiéramos a plebiscito esa decisión, estoy seguro que ganan los artesanales.

Otro elemento que ha favorecido a los “grandes”, a ese 2% que concentra la mitad de la riqueza del planeta, han sido las megaobras faraónica. Ninguna de ellas genera un encadenamiento productivo pensado para nuestra gente. Con suerte llegan empleos precarios cuando invertimos 4 mil millones en un polideportivo que genera tan sólo 9 millones de pesos anuales a las arcas municipales, que si comparamos con una feria que cuesta menos de 400 millones construir y genera mucho más empleo, vende más barato que los supermercado, comercializa productos frescos y además genera 3 veces más ingresos a la ciudad; uno bien debería cuestionarse obras faraónicas como esa, la del estadio, el terminal de buses y la remodelación de la plaza y otras infraestructuras urbanas que le han cambiado la cara a la ciudad, pero que han empobrecido el sistema económico productivo de Puerto Montt.

La tarea es volver a los equilibrios naturales, entregando cuotas de pesca a quienes más empleo generan, beneficiando directamente a nuestras comunidades. Construyendo obras que contribuyan a la construcción de identidad local y potencien actividades como el turismo donde la amplia red de beneficios se extiende más allá de unos pocos controladores de los medios de producción. El camino en el que creemos los progresistas es devolviéndole el poder de decisión a los ciudadanos, sabemos que votando, no sólo para elegir representantes, sino que para decidir sobre los grandes temas ganamos con la gente. La principal tarea es construir el instrumento de iniciativa popular de ley, que permita plebiscitar esos grandes temas que favorecen a la gran mayoría.

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